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Amor en la ópera, gala lírica con la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional

Música, Música Académica

En febrero de 2024, la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional iniciaron la temporada con el concierto Amor en la ópera. Dirigida por Carlos Vieu, la gala lírica se llevó a cabo en el Auditorio Nacional del Palacio Libertad y contó con destacados solistas. La velada ofreció una selección de piezas de los grandes compositores del repertorio operístico: Bizet, Tchaikovsky, Puccini, Verdi y Wagner.


Vieu explicó que el repertorio fue concebido con la intención de reflejar diferentes formas del amor en la ópera, a través de una rica variedad de estilos. Comenzó con la Obertura de Romeo y Julieta de Tchaikovsky, obra que el director consideró “un infiltrado” en el programa, ya que, aunque Tchaikovsky haya sido un gran compositor de óperas, esta pieza se trata más bien de un poema sinfónico. “Lleva el título de ‘obertura’, pero en realidad es un poema sinfónico. Nos pareció apropiada para abrir el programa, dado que la Orquesta Sinfónica Nacional es una orquesta sinfónica, no una orquesta de ópera, y queríamos comenzar con una obra representativa de su repertorio”, comentó el director.

El concierto continuó con fragmentos de la célebre Carmen de Georges Bizet: la “Habanera”, una de las arias más emblemáticas, y el “Aria de la flor” del segundo acto. Las voces de la mezzosoprano Florencia Machado y el tenor Fermín Prieto destacaron en estas interpretaciones, que dieron cuenta del amor pasional entre Carmen y Don José. Carlos Vieu explicó que este fragmento refleja “el efecto que Carmen provoca en Don José, quien se enamora perdidamente de ella a través de un gesto casi despectivo, cuando le arroja una flor”.

La gala continuó con dos de las grandes obras de Giacomo Puccini. Primero, el Intermezzo de Manon Lescaut; luego, La Bohème, de la que se presentaron varias arias, como “Che gelida manina” y “Sì, mi chiamano Mimì”, interpretadas por Fermín Prieto y la soprano Marina Silva, quienes también se unieron para el dúo O soave fanciulla. Vieu destacó que, a pesar de que ambas obras terminan trágicamente, los fragmentos seleccionados presentaron los momentos más líricos y amorosos. “Queríamos mostrar los momentos más relajados y amorosos de estas historias, como cuando Rodolfo se conoce con Mimí”, explicó.

A continuación, el público fue testigo de una historia realmente trágica: la de Madama Butterfly. En este caso, se presentó el dúo de la protagonista con el teniente Pinkerton, quien la deja embarazada antes de casarse con su verdadera esposa. El director comentó que la obra “habla de un oficial con pocos escrúpulos que contrata a una joven geisha, quien se enamora de él y, tras ser abandonada, se suicida al entregarle a su hijo al marido que la había dejado”.

El Coro Polifónico Nacional, por su parte, interpretó la famosa Marcha Nupcial de Lohengrin de Richard Wagner, “tan famosa que trasciende los escenarios y se escucha en todos los casamientos junto con la otra marcha nupcial famosa, de Mendelssohn”.

El concierto culminó con el “Brindis” de La Traviata, donde Violeta y Alfredo se conocen y comienzan su historia de amor, en un festejo con numerosos invitados. “Este brindis marca el comienzo del vínculo entre los dos personajes, que se desarrolla en medio de la celebración”, dijo Vieu.

El director explicó que este variado programa brindó al público una experiencia llena de contrastes: “Todos estos personajes y estos textos nos pintan una paleta de colores muy diversos como para también tener una gran variedad estética y poder ser partícipes de la evolución y de las distintas formas de encarar el diseño de la orquestación, el lenguaje musical y el tratamiento teatral”.

“Tuvimos un compositor francés, uno alemán, uno italiano y uno ruso. La música nos permite viajar con la mente e imaginarnos, aunque esto sea una versión de concierto, la puesta más exquisita de todo lo que van a escuchar”, finalizó.

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