91 años de Sara Facio
Celebración de una de las exponentes más reconocidas de la fotografía argentina de finales del siglo XX. Por Rita Zampardi
Este martes 18 de abril, Sara Facio, una de las fotógrafas más significativas de nuestra cultura, cumple 91 años. Nacida en 1932 en San Isidro, provincia de Buenos Aires, Facio dedicó gran parte de su carrera a profundizar en el reconocimiento de la fotografía como parte del campo artístico –una reivindicación histórica de dicha disciplina– y, a su vez, en poner en discusión el lugar subrogado que en ese campo ocuparon las mujeres. De hecho, gracias a su trabajo incansable, junto con muchxs otrxs compañerxs, logró que la fotografía sea considerada en museos y galerías. En una búsqueda por difundir los trabajos fotográficos de artistas argentinxs y establecer diálogos con el resto del mundo, se convirtió en socia fundadora del Consejo Argentino de Fotografía en 1979. Ya desde el comienzo denunció las dificultades que debían sortear las mujeres, no solo en el campo de la fotografía, sino en los distintos matices de la vida cotidiana y profesional. El ambiente periodístico en el que desarrolló su carrera funcionaba bajo una lógica machista, en la que el trabajo de las mujeres no lograba la valoración merecida. Al mismo tiempo que inauguró la búsqueda por el reconocimiento de la fotografía como arte y profesión, Facio encarnó una demanda clave del movimiento feminista y se posicionó como una de las voces líderes en dicha problemática.
La obra de Facio es una pieza clave en la conformación de una identidad visual de época, y retrata los diversos matices que atravesó el país en la segunda mitad del siglo pasado. Sus fotografías nos permiten acceder a la sensibilidad de distintos personajes anónimos que habitaron en aquellos años, al mismo tiempo que retratan el fervor de un período histórico. En una de sus series fotográficas más destacadas, su cámara persiguió las huellas de una juventud conmovida por la vuelta de Perón a la Argentina en la década de 1970 y recorrió las calles en busca de las miradas que representaran la coyuntura. Por otro lado, retrató de cerca a grandes personalidades que admiraba, como Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Olga Orozco, y María Elena Walsh, quien fue su pareja durante muchos años. Lesbiana, feminista y artista, Facio desplegó su carrera como fotógrafa, reportera, curadora, periodista y editora en un ambiente todavía dominado por los hombres y aun así logró alcanzar un reconocimiento tanto nacional como internacional.
Con el foco puesto en la gente, Sara Facio caminó las calles de la Ciudad de Buenos Aires en busca de instantes, miradas, silencios y rincones que condensaran la atmósfera y el paisaje de la segunda mitad del siglo XX. Deslumbrada por un pueblo que salía a las calles a apropiarse del espacio público, Facio fue quien retrató más de cerca al peronismo de los años setenta y todo su despliegue. En una entrevista con María Moreno, la fotógrafa admite: “El hecho de que yo no sea peronista no quiere decir que no me emocione esa multitud que se mueve por un líder que ama. (…) Peronista es la gente a la que yo le saqué fotos. La que fue a Ezeiza o al velorio de Perón sin que la llevaran”. El ensayo fotográfico que realizó desde el regreso de Juan Domingo Perón en 1972 hasta su muerte en julio de 1974 posee hasta el día de hoy un gran valor histórico y forma parte de un archivo documental que plasma momentos cruciales de nuestra historia. A lo largo de 591 días, su cámara buscó con obsesión y dedicación gestos que van desde la euforia hasta la desolación. Sus fotografías no representan al pueblo como una multitud desconocida, sino que retratan la intimidad de una emoción. Sin enfocarse en Perón, buscó inmortalizar el carácter casi religioso que despertó en una gran parte de la ciudadanía.
En la exhibición que actualmente ocupa La Gran Lámpara del Centro Cultural Kirchner, Escenas Contemporáneas. Recorridos por la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. Artes Argentino 1920-2001, están expuestas cuatro fotografías de Facio pertenecientes a este período: Camino a Ezeiza, 1972; Perón al poder, 1973; Los muchachos peronistas, 1974, y En la villa miseria, 1974. En Los muchachos peronistas se condensan muchos de los rasgos que definen la manera de abordar su trabajo fotoperiodístico. Los cuatro personajes presentes en la fotografía miran de manera frontal a la cámara, que capta sus expresiones gracias a la proximidad y a la composición del cuadro. Rodrigo Alonso escribe: “De esta forma, el hecho histórico cobra una dimensión humana que desprende de su temporalidad específica y se proyecta con potencia emotiva sobre el espectador”.
En el prólogo del libro editado por Ataúlfo Pérez Aznar en conjunto con el Centro de Fotografía Contemporánea, Horacio González resalta el trabajo de Facio y, refiriéndose a las fotografías de este período, destaca: “El tema político que parece dominar este conjunto, que abarca desde la vida popular hasta el ceremonial hierático del Estado en tiempos del retorno de Perón; sin embargo, puede ceder paso a las anotaciones vibrantes sobre lo que podríamos llamar el desconsuelo histórico. Ese arco persistente de pequeñas observaciones que, tanto entonces como hoy, a la distancia, permite mirar el centro de los acontecimientos desde lo que se quiebra o desde lo que parece sobrar”. Las fotografías expuestas en La Gran Lámpara son una gran oportunidad para redescubrir y, al mismo tiempo, celebrar la obra de una referente fundamental de nuestra fotografía.
La exposición Escenas Contemporáneas. Recorridos por la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. Artes Argentino 1920-2001 puede visitarse de miércoles a domingos, de 14 a 20 h, en la Gran Lámpara
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