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Spinetta, el músico que le dio vuelo a la poesía en el rock

Fotografía: Patricia Zalazar
Música Popular, Noticias

El 23 de enero, Día del Músico, elegido en homenaje al nacimiento de Luis Alberto Spinetta, recordamos al “Flaco” con una semblanza y con una entrevista al director Pablo César, quien trabajó con él en la película Fuego gris.


Más de cinco horas. Esa fue la duración del inolvidable concierto que dio Spinetta junto a las Bandas Eternas en Vélez el 4 de diciembre de 2009. En una noche épica, rearmó todos los grupos que había liderado a lo largo de su vida: reunió a Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Jade y Los Socios del Desierto. Mucho más que una presentación, fue un festival con glorias invitadas como, entre otras, Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, Ricardo Mollo y Juanse.

De ese tipo de gestos estaba hecho el arte de Spinetta, quien rara vez volvía sobre sus viejas canciones, porque básicamente miraba hacia adelante. “Mañana es mejor”, había escrito en “Cantata de puentes amarillos”, como una declaración de principios. Y si bien se tomó ese pequeño recreo en Vélez, lo hizo a su manera: concentró el arsenal artístico en una noche, lo cual implicó un nivel de preparación y de ensayos inédito, y además no le dio ninguna continuidad al proyecto. Sin concesiones: las Bandas Eternas duraron solo una noche, pero el concierto fue para toda la vida.

La libertad artística de Spinetta le permitió hacer siempre lo que quiso. Esa fidelidad a su pensamiento fue una de sus características inalterables. Podía participar en reclamos por la defensa de la educación pública, marchar junto a los docentes, comprometerse en la lucha por mayor seguridad vial y convertirse en uno de los rostros visibles de dicha campaña. Su intransigencia funcionaba muchas veces a contramano de la industria cultural: no le gustaba dar entrevistas periodísticas, era capaz de plantarse desde el escenario cuando alguien le pedía uno de los “hits” y su arte era de degustación lenta pero segura. Transitando el camino más largo, consiguió lo que pocos lograron: una admiración del público y de sus propios colegas, los músicos.

Por su condición de pionero, por el espesor de su obra y por muchas canciones fundamentales –un listado mínimo incluye a “Muchacha (ojos de papel)”, “Durazno sangrando”, “Cantata de puentes amarillos”, “Tema de Pototo (Para saber cómo es la soledad)”, “Alma de diamante”, “Barro tal vez”, “Post-Crucifixión”–, el 23 de enero, fecha de su nacimiento, se instituyó como Día Nacional del Músico. La iniciativa, puesta en marcha luego de la muerte de Spinetta el 8 febrero de 2012, se materializó en 2015, cuando el Congreso de la Nación promulgó la ley 27106, impulsada por el INAMU (Instituto Nacional de la Música), que tiene como fin homenajear la importancia del gran poeta del rock.

Entre tantas aristas, su pasión por el cine de vanguardia fue una faceta destacada. Si en la época de Pescado Rabioso había participado en algunas escenas experimentales de Rock hasta que se ponga el sol, de Aníbal Uset, años después, en 1987, protagonizó el cortometraje Balada para un Kaiser Carabela, dirigido por Fernando Spiner, rodado en Villa Gesell, prácticamente sin diálogos e inspirado, según el director, en los climas de las películas de Wim Wenders.

También fue el protagonista de una serie de documentales. Spinetta, el video, de Pablo Perel, realizado en 1986, registra el proceso de grabación del disco Privé, armado a partir de tres canciones que le habían quedado del proyecto inconcluso con Charly García.  En cambio, Pescado Rabioso, una utopía incurable, de Lidia Milani, de 2012, pone el foco en el reencuentro en vivo de Pescado Rabioso, treinta y seis años después de su separación.

El “Flaco” también participó activamente con su música en films. Estrenado en 1994, Fuego gris es una película fantástica que no tiene diálogos y se desarrolla mediante una serie de imágenes, enlazadas con la música de Spinetta, quien compuso diecisiete canciones a partir del guion, que constituyen el eje de la trama. Coescrita y dirigida por Pablo César –cuyo testimonio acompaña este artículo–, está protagonizada por María Victoria D’Antonio, Cristina Banegas, Arturo Bonín, Leonardo Sbaraglia, Alejo García Pintos y Eleonora Wexler.

El compromiso de Spinetta lo llevó a involucrarse en Flores de septiembre, documental dirigido por Pablo Osores, Roberto Testa y Nicolás Wainszelbaum que reconstruye las historias de jóvenes desaparecidos en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini durante la última dictadura cívico-militar. Flores de septiembre abre y cierra con “Crisantemo”, una canción suya compuesta especialmente para el film.

“No me identifico con las líneas rectas; no me gusta la equidistancia”, subraya Spinetta en una de las películas, como una apretada síntesis de lo que fue su extraordinaria carrera musical.

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