Piazzolla 100
Piazzolla 100 es una exhibición homenaje a uno de lxs músicxs más importantes del siglo XX por el centenario de su nacimiento.
Nacido en Mar del Plata pero criado en Nueva York, Astor Piazzolla conoció el tango desde ese arrabal, entre gangsters y clases de música. El espíritu que le dejó esa ciudad, su carácter temperamental, explosivo y obstinado, y una formación metódica y experimental le dieron a su obra una impronta programática y singular, un entramado de sonidos que no se parecían a nada.
La exposición, curada por Liliana Piñeiro y Natalia Uccello y montada en el segundo piso del Centro Cultural Kirchner, se organiza en torno a momentos claves de la creación musical de Piazzolla y a los hechos más relevantes de su vida. Enriqueciendo su universo creativo, un grupo de artistas argentinxs invitadxs realizan instalaciones que cruzan sus lenguajes artísticos, dinamizando y revisitando el legado de Piazzolla desde diferentes miradas. Estas seis instalaciones de sitio específico recrean –a través de imágenes, climas y sonidos, de archivos y registros– diferentes elementos de la obra del músico, que regresan hoy como legado y como insumo de nuevas formas de creación.
Johanna Wilhelm-Axel Krygier, Valeria Traversa y Carolina Antoniadis evocan con sus obras el mar –cuna de nacimiento, vehículo de tránsito y afición hasta los últimos días de su vida–, la muerte de su padre –reflejada en “Adiós Nonino”– y el clima de los años sesenta.
Las instalaciones de Julián D’Angiolillo, Mene Savasta Alsina y Augusto Zanela recorren momentos de máxima comunión entre la obra de Piazzolla, el reconocimiento internacional y las industrias discográficas y del cine.
El videasta Hernan Kourián produjo las piezas audiovisuales que, junto a fotografías y material de diversos archivos, integran la exposición.
El bandoneón original de Piazzolla se exhibe en el marco de una instalación sonora-lumínica. La presencia de su música, junto a diversas voces de sus contemporánexs, acompañan el recorrido.
Cierra la exposición una galería de retratos realizados por destacadxs fotógrafxs argentinxs.
La exposición puede visitarse a partir del viernes 6 de agosto de 2021, de miércoles a domingos, de 14 a 20 h. La actividad es gratuita y no requiere reserva previa.
Piazzolla 100
Instalaciones
Carolina Antoniadis
Julián D’Angiolillo y Nicolás Varchausky
Mene Savasta Alsina
Valeria Traversa
Johanna Anouk Wilhelm y Axel Krygier
Augusto Zanela
Fotografías
Carlos Carrizo
Alicia D’Amico
Sara Facio
Annemarie Heinrich
Pupeto Mastropasqua
Daniel Merle
Gianni Mestichelli
José Pons
Alicia Sanguinetti
Tony Valdez
Silvio Zuccheri
Videos en sala
Hernán Khourian
Curaduría
Liliana Piñeiro y Natalia Uccello
Investigación
Lucía Ulanovsky
Asesor de contenidos
Marcelo Gobello
Colaboración
Luciana Delfabro
Asesor musical
Nicolás Guerschberg
Diseño de montaje
Leo San Juan
Producción
Paula Uccello
Nicolás Mikey
Laura Copertino
Corrección de textos
Fernanda Nicolini
Archivos
Archivo Familia Piazzolla / Colección personal Víctor Oliveros / Colección personal Marcelo Gobello / Colección personal Graciela García Romero / Archivo Familia Pons
Archivo INCAA / CINE.AR / Archivo Histórico de RTA / DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) / Institut National de l'Audiovisuel, France / Radio et Télévision Suisse / Archivo General de la Nación / Fundación Industrias Culturales Argentina
Fundación Internacional Carlos Gardel / Fundación IDA (Investigación en Diseño Argentino) / Agencia Francesa de Prensa
Agradecimientos
Carlos Kuri, Walter Santoro, Ghandi, Julio Fernández Baraibar, Constanza Niscovolos, Rodrigo H. Vila, Jacqueline Pons, Familia Solanas, Héctor Olivera, David Lipszyc, Carolina Konstantinovsky, Fernando Martín Peña, Paula Félix Didier, Andrés Levinson, Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”, Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, Aries Cinematográfica, Cinemagroup, Ediciones Corregidor, film Piazzolla: Los años del Tiburón, Turner/ Warner Media, Embajada de Suiza en la República Argentina.
Astor Piazzolla nació el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata. En 1925 su familia se radicó en Nueva York, donde Astor vive hasta sus quince años. En la ciudad norteamericana obtuvo de manos de su padre su primer bandoneón, y estudió con Andrés D’Aquila. Conoció a Carlos Gardel, y tuvo un pequeño papel en la película El día que me quieras (1935).
Con el regreso de su familia al país, en 1936, Piazzolla pasó a integrar varias orquestas; en 1939 se incorpora a la fila de bandoneones de Aníbal Troilo y luego se convierte en arreglador de esa formación. En paralelo, estudió con Alberto Ginastera y Raúl Spivak, y en 1942 se casó con Dedé Wolff, con quien tuvo dos hijos, Diana y Daniel. Sus arreglos musicales, poco indicados para el baile tal como entonces se practicaba en los salones porteños, comenzaron a ser demasiado complejos para el gusto de Troilo, de manera que en 1944 Piazzolla abandonó la formación y pasó a dirigir a la orquesta que acompaña al cantor Francisco Fiorentino. La sociedad musical con Fiorentino duró dos años, pero el corto tiempo alcanzó para registrar notables versiones de “Viejo ciego” y “Volvió una noche”, entre otros.
En 1946 formó su propia orquesta, con la cual graba obras como “Taconeando”, “La rayuela” y “El recodo”, así como también composiciones originales. A partir de este momento creció la veta compositiva de Piazzolla, y obras como “Para lucirse”, “Contratiempo” y “Triunfal” pasaron a integrar el repertorio de orquestas como las de Troilo, Francini-Pontier, Osvaldo Fresedo, entre otras.
En 1949, Piazzolla decidió disolver su orquesta. En Bartók, Stravinsky y otros sonidos, el talento de 28 años comenzó a buscar su personalidad musical y estudió dirección orquestal. En 1953, su obra Buenos Aires (tres movimientos sinfónicos) ganó el primer premio en el concurso Fabien Sevitzky y generó un intenso debate entre el público por la incorporación del bandoneón a la formación orquestal.
Becado por el Conservatorio de París, en 1954 se trasladó a Francia para estudiar música con la compositora y célebre pedagoga Nadia Boulanger, quien, según palabras de Astor, lo persuade de no dejar el bandoneón y el tango, y le pide “no abandonar nunca al verdadero Piazzolla”. De esta manera, el músico siguió su consejo y grabó dieciséis temas, acompañado por la Orquesta de la Ópera de París y el pianista Martial Solal. Así nació, entre otros, el tango “Nonino” (antecedente de “Adiós Nonino”), y otras piezas como “Marrón y azul” y “Chau París”.
Ya de regreso en la Argentina, Piazzolla formó dos conjuntos: por un lado, una orquesta de bandoneón y cuerdas; por otro, el Octeto Buenos Aires. Con músicos de gran nivel y una formación de bandoneones, violines, contrabajo, cello y guitarra eléctrica, el Octeto sella el inicio del tango contemporáneo, con un estilo rupturista marcado por las innovaciones compositivas e interpretativas que se alejan del modelo clásico de orquesta típica, del cantor y del bailarín. El conjunto grabó dos discos hasta su disolución en 1958.
Piazzolla viajó entonces a Nueva York, donde experimentó con el tango-jazz, y en 1960 volvió a Buenos Aires para formar el Quinteto Nuevo Tango, que sería una de sus formaciones emblemáticas. Grabó numerosas composiciones originales, como “Adiós Nonino”, “Decarísimo”, “Introducción al ángel”, “Muerte del ángel” y muchas otras.
En 1965 registró dos álbumes: Concierto de tango. En el Philharmonic Hall de Nueva York y El tango (a partir de los poemas de Jorge Luis Borges, y con la voz de Edmundo Rivero). La operita María de Buenos Aires, de 1968, es fruto de su sociedad creativa con Horacio Ferrer, con quien compuso, entre muchos temas, “Balada para mi muerte”, “La bicicleta blanca” y “Chiquilín de Bachín”. La pieza más popular del binomio fue “Balada para un loco”, con la voz de Amelita Baltar, que vendió 250 mil unidades en poco tiempo. En los años siguientes, Piazzolla registró el LP Concierto para Quinteto, y en 1972 forma el Conjunto 9, con el cual editó Música contemporánea de la Ciudad de Buenos Aires.
Al tiempo, se instaló en Italia, donde dio a conocer obras como “Libertango” y el disco Reunión cumbre (grabado con el saxofonista Gerry Mulligan y una orquesta de músicos italianos) y, a mediados de la década del 70, tras la muerte de su gran maestro Aníbal Troilo, le dedicó un disco entero, titulado Suite Troileana. También escribió una serie de obras para el Mundial de Fútbol disputado en Argentina en 1978. Desde entonces, Astor se unió a grandes músicos internacionales como Gary Burton; se convirtió en una figura de culto en festivales de jazz y sus formaciones adquirieron en los años 80 un enorme reconocimiento internacional. Uno de los puntos culminantes de esta etapa fue el concierto realizado en el Central Park de Nueva York en 1987, con un quinteto integrado por Pablo Ziegler en piano, Fernando Suárez Paz en violín, Horacio Malvicino en guitarra y Héctor Console en bajo. La presentación quedó registrada en un álbum, con temas como “Verano porteño”, “Lunfardo”, “Adiós Nonino”, “Contrabajísimo” y otros.
En agosto de 1990, mientras se encontraba en la ciudad de París, sufrió una trombosis cerebral y murió en Buenos Aires el 4 de julio de 1992. Dejó un poderoso legado de más de mil temas, bandas de sonido para cuarenta películas y una influencia musical que se hace notar en músicos de tango de las siguientes generaciones, y que abarca homenajes de figuras de otros géneros y países como Yo-Yo Ma, Kronos Quartet, Gidon Kremer y Al Di Meola, entre muchos otros.