La obra completa para órgano de Bach / 12: María Cristina Deanna y Alan Pianesi

Los organistas María Cristina Deanna y Alan Pianesi se suman al ciclo integral de la obra para órgano de Bach con una selección de preludios corales, transcripciones de conciertos, preludios y fugas de diferentes períodos de la obra del gran creador.

El concierto se podrá ver en vivo a través de nuestro canal de YouTube.

Programa

Primera parte: Alan Pianesi

Johann Sebastian Bach
Pequeño Preludio y fuga en Mi menor BWV 555
Preludio coral “Ich ruf zu dir, Herr Jesu Christ” (A Ti te llamo, Señor Jesucristo), BWV 639
Preludio coral “Lob sei dem allmächtigen Gott” (Alabado sea Dios poderoso), BWV 704
Preludio coral “Gott durch deine Güte” (Oh Dios, por tu bondad), BWV 724
Preludio y Fuga en La mayor, BWV 536
Preludio coral “Liebster Jesu, wir sind hier”, (Querido Jesús, aquí estamos), BWV 706
Preludio coral “Liebster Jesu, wir sind hier”, (Querido Jesús, aquí estamos), BWV 731
Preludio y fuga en Do menor, BWV 549                                                    

Segunda parte: María Cristina Deanna

Johann Sebastian Bach
Concierto en la menor BWV 593 (basado en el concierto para violín op. 3 nº 8 de Antonio Vivaldi)

Allegro-Adagio-Allegro

Preludio coral Nun komm, der Heiden Heiland (Ven ahora, Redentor de los gentiles), BWV 659

Fuga en sol menor BWV 578

Trío en do menor según Johann Friedrich Fasch, BWV 585 

Adagio-Allegro

Concierto en do mayor BWV 595, (basado en un concierto del Príncipe Johann Ernst de Sajonia Weimar)

Allegro

Comentarios sobre las obras del programa, por Mario Videla

Los años juveniles de Bach

Los dos cargos iniciales de Bach como organista, en Arnstadt (1703) y Mülhausen (1707), marcan su primer período, en el cual el joven compositor de apenas dieciocho años se esforzaba por conseguir un estilo personal. Fue en 1705, cuando hizo su famoso peregrinaje a Lübeck para conocer al célebre Dieterich Buxtehude. Su imaginación creativa se incentiva con la música del anciano maestro, y la impresión que éste le causó fue tan profunda que se quedó en Lübeck mucho más tiempo del que esperaba, para disgusto de sus superiores. Había pedido tres semanas y se quedó 3 meses. Los estudiosos encuentran difícil establecer una cronología de las obras de esa época, ya que Bach tenía por costumbre retomar sus obras tempranas y retocarlas sin cesar. Tenemos pruebas irrefutables de fugas que fueron corregidas varias veces años más tarde.

Los Pequeños Preludios y fugas

No se sabe con certeza cuándo compuso Bach los Ocho Pequeños Preludios y Fugas. El reconocido musicólogo Christoph Wolff en su reciente libro “Bach el músico sabio”, considera su génesis como anterior a 1710, acotando que algunas de sus características muestran ya la influencia del estilo galante.

El Pequeño Preludio y fuga en mi menor, BWV 555, está plasmado en la tonalidad considerada en su época como pensativa, afligida y triste. El Preludio produce la impresión de un tierno lamento. La Fuga intensifica el afecto con una línea cromática ascendente y descendente de profunda intensidad.

El “Orgelbüchlein” (Pequeño Libro de órgano)

El “Pequeño Libro de órgano” fue concebido por Bach como un vasto compendio del arreglo coral con pedal obligado para la formación de jóvenes organistas. La finalidad que dio origen a la colección es aún imposible de averiguar. De lo que hay alguna certeza es que estos corales no fueron destinados para ser cantados por los feligreses sino para alternar con los himnos del oficio. Las 92 páginas del manuscrito autógrafo preveían 164 corales pero Bach llegó a escribir sólo 45.

El Preludio coral “Ich ruf zu dir, Herr Jesu Christ” (A Ti te llamo, Señor Jesucristo), BWV 639, la única composición a tres voces del “Orgelbüchlein”, posee una expresividad inimitable y es uno de los corales para órgano más conocidos de Bach. El cantus firmus ligeramente ornamentado en la voz de soprano es acompañado con figuras de semicorcheas en la voz de contralto, representando una actitud de plegaria. Las insistentes corcheas en el pedal simbolizan el ”desaliento” al que se alude en el texto.

Preludios corales de la Colección Kirnberger

Entre las distintas colecciones que reúnen más de doscientos preludios corales para órgano de Bach, la Colección Kirnberger, conocida en alemán como “Die einzeln überlieferten Orgelchoräle” (Corales individuales diversos para órgano), contiene veinticuatro obras de juventud que el compositor posteriormente revisó con miras a una publicación. La preservación de esta colección se la debemos al alumno de Bach, Johann Kirnberger, quien recopiló las composiciones tras la muerte de su maestro. Bach volcó en ellas todo su interés por las nuevas técnicas de arreglos corales como el motete coral, la fugueta, la fuga, el coral con cantus firmus y el coral ornamentado.

El Preludio coral “Lob sei dem allmächtigen Gott” (Alabado sea Dios poderoso), BWV 704, está denominado fughuetta. Las rutilantes escalas que recorren la pieza parecen representar con su carácter coreográfico de alegres movimientos, la gracia de Dios que fluye desde lo alto. El texto de Michael Weisse de 1531 dice así: Alabado sea Dios todopoderoso, que se ha apiadado de nosotros y ha enviado a su amado hijo, nacido de él en su trono supremo.

El Preludio coral “Gott durch deine Güte” (Oh Dios, por tu bondad), BWV 724, basado en el himno de Johann Horn de 1544, está escrito en la forma de un motete. Comienza con una breve introducción a manera de preámbulo con el tema por imitación; luego se escucha la melodía del himno como “cantus firmus” en la voz de so­prano acompañada por las demás voces en un movi­miento libre magnífico y solemne, con un desarrollo cantable del contrapunto. Muy elocuente es también el final a cinco voces.

Los Preludios corales “Liebster Jesu, wir sind hier”, (Querido Jesús, aquí estamos), BWV 706 y BWV 731, también de la colección Kirnberger, están basados en el himno de Tobías Clausnitzer de 1663. Son dos composiciones a cuatro voces con el cantus firmus en la voz superior. El coral, que es hasta nuestros días uno de los cantos protestantes más populares para la ceremonia del bautismo, se presenta en la voz de soprano con delicadas ornamentaciones que reflejan expresivamente el anhelo por la unión mística con Jesús. Las voces medias, con el soporte del bajo en el pedal, acompañan el movimiento a cuatro o cinco voces con figuras rítmicas complementarias.

El Preludio y Fuga en La mayor, BWV 536 se ha conservado en dos versiones, probablemente después de una reelaboración llevada a cabo en Weimar. La fuga es distinta en la segunda versión debido a la notación en compás de 3/4 en lugar de 3/8 y también a un breve acorde final. Los investigadores e intérpretes de Bach están de acuerdo en que la tonalidad tan luminosa y clara de La mayor, anuncia de por sí el “esplendor” de un día primaveral, a lo que se añade el íntimo y amoroso carácter de la Fuga que irradia un clima pastoral (Kirnberger, discípulo de Bach caracterizaba el compás de 3/4 con los epítetos ”suave y noble”). La ambientación pastoral queda enfatizada por un elevado número de terceras y sextas. El Preludio se inicia con arpegios al estilo de la tocata dando la impresión de una improvisación que desemboca en largas notas del pedal sobre la tónica, la dominante y otra vez la tónica, con un esplendor fulgurante. La Fuga se compone de tres partes muy definidas. El tema de ocho compases formado con síncopas se asemeja a un ostinato. Se escucha primero en una exposición a cuatro voces con un contrapunto de especial contabilidad, y luego se van sumando otros contrasujetos. Una última aparición del tema en el pedal lleva hacia la coda con cadenas de escalas y arpegios. El movimiento se intensifica hacia el final y el número de voces se incrementa hasta cinco, alcanzando la plenitud del órgano.

El Preludio y fuga en Do menor BWV 549 es una obra de juventud en el estilo propio de la tocata. Originalmente apareció un tono más alto y llevaba el título: Praeludium o Fantasia (Re menor) BWV 549ª. No se sabe porqué Bach u otro compositor transportó esta pieza un tono más grave. Se inicia a la manera de las composiciones del norte de Alemania con un virtuoso solo de pedal y después de la fuga se cierra con una coda libre. La obra tiene tres secciones: una introducción lírica, una fuga y una coda de libre improvisación. El tema de la fuga, de amplio contorno, se desarrolla a partir de un motivo presentado en el preludio. Sin embargo, Bach marca una clara distinción entre estas dos partes, a las que separa mediante una cadencia perfecta. Hay brío, alegría y vivacidad en esta composición y sus pasajes rápidos, confiados al pedal, contribuyen a su carácter brillante.

La colección “Dieciocho Grandes Corales de Leipzig”  

El manuscrito autógrafo de los Dieciocho grandes preludios corales documenta que Bach comenzó a preparar esta colección alrededor de 1740. Las composiciones son a gran escala en comparación con la reducida intimidad de los preludios corales del Orgelbüchlein. Incursiona en las tradiciones musicales de sus antecesores como Buxtehude y Pachelbel. El arreglo coral sobre  el antiguo himno de adviento “Nun komm der Heiden Heiland” (Ya viene el redentor de los gentiles), presenta la melodía del coral ricamente adornada en la voz superior. Sin duda, una pieza conmovedora de intenso misticismo.                

Concierto en La menor BWV 593 (Allegro-Adagio-Allegro)
(Basado en el Concierto para violín Op. 3 Nº 8 de Antonio Vivaldi)

Bach quedó fuertemente impresionado por la gracia natural del estilo italiano y fascinado por los resultados que podría conseguir, si utilizaba conciertos de Vivaldi en composiciones para órgano solo. A medida que trabajaba sobre estas transcripciones se fue convenciendo de que la técnica del violín podía emplearse con ventaja en las versiones para teclado. El Concierto en La menor BWV 593, es sin duda, una auténtica obra para órgano. Las figuraciones violinísticas están hábilmente adaptadas al teclado y, en el último movimiento, se prescriben dos difíciles pasajes de pedal para ambos pies que a veces deben separarse una octava y media e incluso dos octavas. En suma, estas transcripciones ponen de manifiesto que Bach no tenía la menor intención de transcribir de manera mecánica el modelo. Sus versiones refuerzan la armonía e introducen en las voces medias y en el bajo detalles rítmicos y contrapuntísticos que completan y realzan la composición.

Fuga en sol menor BWV 578

La Fuga en sol menor BWV 578, llamada también “Pequeña fuga en sol menor” es una obra esencial en repertorio de los organistas tanto para los oficios divinos como para recitales. El tema, plástico y de fraseado vigor, se desarrolla mediante un atractivo contrapunto; la estructura de la fuga es muy libre y los interludios entre tema y tema, muy excitantes. Todas estas circunstancias explican la popularidad de esta fuga, sumadas a la belleza, la amplitud y el carácter cantable del tema así como a lo sugestivo de su tonalidad. Su atmósfera general varía entre los serio y lo festivo, lo que le otorga un carácter muy colorido y variado.

Trio en Do menor según Johann Friedrich Fasch, BWV 585 (Adagio-Allegro)

A lo largo de su carrera Bach frecuentemente copió o arregló obras de otros compositores, con la idea de estudiarlas en profundidad. Este es el caso del Trio BWV 585 basado en una obra de Johann Friedrich Fasch (1688-1758). Fasch fue uno de los más importantes músicos contemporáneos de Bach y sus obras marcan la transición entre el barroco tardío y el rococó. Bach poseía varias obras de Fasch en su biblioteca y transcribió para órgano los dos primeros movimientos (Adagio-Allegro) de una de sus trio sonatas para dos violines y bajo continuo. El Adagio inicial de una atmósfera serena y solemne muestra un encantador juego de progresiones armónicas. Le sigue un Allegro, de carácter franco y decidido, trabajado en forma imitativa, con un tema principal rodeado por varios episodios de atrayentes figuraciones.

Concierto en Do mayor BWV 595 (Allegro)
(Basado en un concierto del Príncipe Johann Ernst de Sajonia Weimar)

Además de arreglos para clave y órgano de conciertos de Vivaldi, Bach realizó transcripciones de otros compositores como Marcello, Telemann y el Príncipe Johann Ernst. Al parecer se inspiró, para llevar a cabo estas piezas en Weimar, al conocer las transcripciones publicadas por su amigo y pariente, Gottfried Walther (1684-1748), organista en la iglesia de la ciudad. En Weimar, Bach asimiló por entero la música italiana y la fundió con su propia herencia contrapuntística creando lo que ahora consideramos como el estilo propio de Bach. Se conservan un par de obras escritas por el Príncipe Johann Ernst de Weimar, sobrino del Duque reinante, músico de talento y discípulo de Gottfried Walther. Estas transcripciones estaban destinadas a su interpretación fuera del servicio religioso. La transcripción del Concierto en Do mayor BWV 595, se limita al movimiento inicial, Allegro, ya que el original del Príncipe no se ha conservado. La clara estructuración con formaciones regulares de eco y secuencias y el cambio regular de teclados, convierten al movimiento en un atractivo diálogo musical.