La obra completa para órgano de Bach / 9: Matías Galíndez y Francisco Tello

Los jóvenes organistas Matías Galíndez y Francisco Tello se suman al ciclo curado por Mario Videla en el que se escuchan todas las obras de Bach para órgano en el Klais Opus 1912. El programa está integrado por piezas juveniles de la época de Weimar, pequeños preludios y fugas, preludios corales y otras creaciones.

El concierto se podrá ver en vivo a través de nuestro canal de YouTube.

Programa

Primera parte: Francisco Tello

Johann Sebastian Bach
Fantasía en Do Mayor, BWV 570

Preludios corales de la Colección Kirnberger:
Fantasía Christ lag in Todesbanden (Cristo yacía en los lazos de la muerte), BWV 695
Fughetta Herr Christ, der einig Gottes Sohn (Señor Jesucristo, el único hijo de Dios), BWV 698
In dich hab ich gehoffet, Herr (En ti, Señor, he puesto mi confianza), BWV 712

Pequeño preludio y fuga en la menor, BWV 559

Preludios corales del Orgelbüchlein (Pequeño Libro de Órgano):
Jesu, meine Freude (Jesús, mi alegría),  BWV 610
Es ist das Heil uns kommen her (La salvación nos ha llegado), BWV 638

Pequeño preludio y fuga en sol menor, BWV 558

Segunda parte: Matías Galíndez

Johann Sebastian Bach
Partita Ach, was soll ich Sünder machen (Ah, qué haré yo, pecador)

Coral y 10 variaciones, BWV 770

Preludios corales del Orgelbüchlein (Pequeño Libro de Órgano):
Der Tag, der ist so freudenreich (Este es el día lleno de alegría)  BWV 605
Hilf, Gott, dass mir’s gelinge (Ayúdame, Señor, mi noble Creador), BWV 624
Helft mir Gottes Güte preisen (Ayúdenme a alabar la bondad de Dios), BWV 613

Preludios Corales de la Colección Kirnberger:
Wo soll ich fliehen hin (Adónde he de huir),  BWV 694
Fughetta  Nun komm, der Heiden Heiland (Ven pues, Redentor de los gentiles), BWV 699

De la colección de Leipzig:
Nun komm, der Heiden Heiland (Ven pues, Redentor de los gentiles), BWV 660

Comentarios sobre las obras del programa
Por Mario Videla

Obras juveniles de la época de Weimar

Durante sus actividades como músico de cámara y organista de la corte de los duques Wilhelm Ernst y Ernst August de Sajonia-Weimar, entre 1708 y 1717, Bach se dedicó intensamente a la ejecución y composición de numerosas obras para órgano. El resultado es una serie de composiciones de carácter libre, llenas de imaginería e improvisación, que muestran a un Bach virtuoso en el camino ascendente a las grandes obras. Todas derivan, en esencia, de prácticas de improvisación. Son consideradas como la expresión por excelencia del stylus phantasticus, un estilo o forma magistralmente cultivado por Dieterich Buxtehude (1637-1707) en Lübeck. Su característica suele estar realzada por solos de pedal de mayor o menor duración. Este es el caso de la Fantasía en Do Mayor, BWV 570, un ejemplo precoz de experimentación de este estilo que nos permite vislumbrar hasta qué grado se desarrollaría después el estilo libre en Bach.

Los Pequeños Preludios y fugas

Estas obras han planteado desde su primera publicación en 1852 en la Bach Gesellschaft (Sociedad Bach), dudas sobre su autoría. Por sus características estilísticas se esbozaron varias conjeturas. Algunos estudiosos señalaron como compositor a Johann Ludwig Krebs, alumno predilecto de Bach en Leipzig, o quizás a su hijo Johann Tobias Krebs. En 1952 el reconocido especialista en Bach Walter Emery, sugirió como autor al bohemio Johann Caspar Ferdinand Fischer, quien tuvo una notable influencia en Bach en su creación de El clave bien temperado. Sin embargo, recientemente el reconocido musicólogo Christoph Wolff afirmó “con bastante certeza”, que estas obras surgieron de la pluma de Johann Sebastian Bach y fechó su génesis como anterior a 1710, agregando que algunos rasgos indican cierta influencia del estilo galante.

El Pequeño Preludio en la menor, BWV 559, se asemeja a una pequeña toccata con fusas, escalas y arpegios. El encantador elemento de esta composición es el animado compás ternario de la fuga, que confiere a la misma un armonioso desarrollo dinámico.

El Pequeño Preludio en sol menor, BWV 558, con el carácter sombrío de su tonalidad, evoca la solemnidad de una sarabanda. El desarrollo en tres secciones del tema de la Fuga se remonta a la canzona y el ricercare italianos, con predominio del registro grave.

Los Preludios corales

Entre las distintas colecciones que reúnen los más de doscientos preludios corales para órgano de Bach, la Colección Kirnberger, conocida en alemán como Die einzeln überlieferten Orgelchoräle (Corales individuales diversos para órgano) contiene veinticuatro obras de juventud que el compositor posteriormente revisó con miras a una publicación. La conservación de esta colección se la debemos al alumno de Bach, Johann Kirnberger, quien las recopiló tras la muerte de su maestro. Bach volcó en ellas todo su interés por las nuevas técnicas de arreglos corales como la fugueta coral y la fuga, además del coral con Cantus firmus y el coral ornamentado.

La Fantasía sobre el himno de Pascua Christ lag in Todesbanden (Cristo yacía en los lazos de la muerte), BWV 695, es esencialmente un trío. Comienza como una invención a dos voces en imitación entre la soprano y el bajo. Uno esperaría que el himno apareciera enseguida como Cantus firmus en notas largas en la voz superior o inferior, pero Bach nos sorprende, desliza la melodía coral casi desapercibida en la voz de tenor. Al trío sigue una armonización coral cuyo destino no está muy claro. Pero se conoce esta praxis en diversas colecciones de la época.

La Fughetta sobre Herr Christ, der einig Gottes Sohn (Señor Jesucristo, el único hijo de Dios), BWV 698, es una fugueta coral con dos temas, es decir, una pequeña fuga doble. Ambos temas, entretejidos a partir de los versos del himno de Epifanía de Elizabeth Creutziger de 1524, se desenvuelven con naturalidad formando entre sí un atractivo cuadro.

El Preludio coral In dich hab ich gehoffet, Herr (En ti, Señor, he puesto mi confianza), BWV 712, es un himno luterano escrito por Adam Reusner en 1533, una paráfrasis de los primeros seis versículos del Salmo 31. Bach usó el himno en varios preludios corales así como en cantatas y en la Pasión según San Mateo. El texto trata sobre la esperanza, y la música de Bach palpita con un ritmo contagioso y animado envuelto en un mar de optimismo.

Preludios Corales del Orgelbüchlein (Pequeño Libro de órgano)

La finalidad que dio origen al Orgelbüchlein (Pequeño Libro de órgano) ha sido hasta hoy imposible de conocer. Según una leyenda, Bach mataba el tiempo escribiendo la partitura a fines de 1717 en Weimar, mientras cumplía un arresto de cuatro semanas por exigir insistentemente al Duque Johann Ernst su dimisión y partir a su nuevo destino en la corte de Köthen. Esto explica también el hecho de que la colección quedara forzosamente inconclusa ya que ni el propio Bach hubiese podido escribir en esas pocas semanas los 164 títulos que tenía previstos. Sólo llegó a terminar 47, uno de ellos inconcluso, o sea que más de las dos terceras partes figuran sólo con el título del respectivo coral. Su disposición sigue el año litúrgico luterano: Adviento - Navidad - Epifanía - Pasión - Pascua de Resurrección - Pentecostés - liturgia de los oficios divinos - Catecismo - Fe en Dios - Muerte y Eternidad.

El coral Jesu, meine Freude (Jesús mi alegría), BWV 610, con texto de Johann Franck (1653) y melodía de Johann Crüger, es bien conocido por el motete homónimo de Bach. Por encima de la trama que forman las cuatro voces flota una sensación de nostalgia y recogimiento. El texto alemán es una versión del antiguo himno latino navideño A solis ortus cardine (Desde los confines donde nace el sol) del monje benedictino Coelius Sedulius (Sigo V). Dado que el Cantus firmus del coral se encuentra en la voz de contralto, resulta  difícil distinguir el cántico en la densa trama de las demás voces.

El  preludio coral Es ist das Heil uns kommen her (La salvación nos ha llegado), BWV 638, es una obra  festiva llena de luz y alegría. Moldeado en armonías sencillas, las voces intermedias transcurren vivaces mientras el bajo en el pedal avanza a pasos retumbantes, transmitiendo la certeza victoriosa de la salvación.

La Partita Ach, was soll ich Sünder machen (Ah, qué haré yo, pecador), BWV 770, con texto de Johann Flittner de 1661, tardó en incluirse en la Antigua Edición de la Obra Completa de Bach, y su autenticidad ha quedado en la sombra de la duda. Sin embargo, desde el punto de vista estilístico, presenta similitudes con el resto de las “partitas corales” de Bach. El predominio de los manuales hace patente la influencia de Georg Böhm (1661-1733) su maestro en Lüneburg, de quien se conoce una partita sobre el mismo cántico. La obra consta de diez movimientos: los primeros ocho son a dos voces. La novena variación adagio está moldeada como una zarabanda. La décima es una fantasía coral de gran envergadura, con diálogos entre el tema principal y su contrapunto con figuraciones de fuertes contrastes.

El preludio coral Der Tag, der ist so freudenreich (Este es el día lleno de alegría) BWV 605, es un breve coral de Navidad jubiloso y alegre para dos teclados y pedal. La melodía del coral evoca sonoridades de  trompetas y oboes.

Et texto del coral Hilf, Gott, dass mir’s gelinge (Ayúdame, Señor, mi noble Creador), BWV 624, narra la Pasión y la Ascensión de Nuestro Señor. También relata la Imitación de Cristo por los creyentes de modo que Bach, según su costumbre, introduce un canon a la quinta entre las dos voces superiores. Un  contrapunto de tresillos circundan todo el ámbito sonoro. El pedal asume la función de apoyo con compases en los que predominan las corcheas. ¡La Imitación de Cristo parece ser un desafío muy arduo pues esta composición es una de las más difíciles de todo el “Orgelbüchlein”!

El preludio coral Helft mir Gottes Güte preisen (Ayúdenme a alabar la bondad de Dios), BWV 613, fue incorporado muy posteriormente por Bach en su manuscrito. Los motivos predominantes con escalas que incursionan desde lo agudo hasta el pedal en dos ocasiones simbolizan el raudo transcurrir del tiempo.

El preludio coral Nun komm, der Heiden Heiland (Ven pues, Redentor de los gentiles), BWV 660 existe en tres versiones. El himno muy antiguo, se remonta al Siglo IV, a una época anterior todavía al establecimiento del canto gregoriano, y lleva por título Veni Redemptor gentium (Ven, redentor de los gentiles). Martín Lutero se inspira en este himno y le escribe un texto propio imprimiéndole cierta rítmica con la cual se conoce el coral en la actualidad. La versión forma parte de Los grandes Corales de Leipzig, conocidos como los Dieciocho corales de género diverso. La revisión de estos corales mantuvo ocupado a Bach en los meses postreros de su vida, cuando examinaba sus obras juveniles con la intención de publicar una colección. Dado que el compositor falleció mientras efectuaba la redacción, las citadas piezas ya no salieron de imprenta como una colección, conservándose agrupadas en unas cuantas copias que difieren bastante entre sí. Se considera que estos grandes arreglos corales tuvieron su origen en el período de Weimar (1708-1717); algunas piezas pueden datar incluso de fechas anteriores. Es evidente que Bach recurre en este caso a la tradición de Buxtehude, Böhm y Pachelbel en cuanto al tipo de arreglo. Se presume que Bach abrigaba la intención de presentar corales más grandes y extensos como complemento de los breves preludios corales del Orgelbüchlein.