Filmoteca en vivo: abril
El espacio de cine en el Kirchner presenta el ciclo Filmoteca en vivo, una selección de proyecciones en fílmico curada por el crítico, investigador, divulgador y docente Fernando Martín Peña junto al historiador, docente y director Andrés Levinson.
Filmoteca en vivo: abril
Sala 614
Viernes 1, 19 h: La batalla de Argelia de Gillo Pontecorvo
Sábado 2, 17 h: La muerte en las calles de Leo Fleider
Sábado 2, 19 h: La llave de Vladimir Cech
Viernes 8, 19 h: Verguenza de Ingmar Bergman
Sábado 9, 17 h: Atentado de Jerzy Passendorfer
Sábado 9, 19 h: El enemigo principal de Jorge Sanjinés
Viernes 15, 19 h: El último montonero de Catrano Catrani
Sábado 16, 17 h: Arsenal de Aleksandr Dovzhenko
Sábado 16, 19 h: Alas de William Wellman
Reserva de entradas
La entrada es gratuita, solo con reserva previa, y se podrá gestionar en esta publicación desde el martes anterior a cada función, a las 12 h. Todas las personas que asistan deben estar previamente registradas (inclusive menores de edad, que en todos los casos deberán ingresar en compañía de un adulto). No se podrá realizar reserva de entradas en el lugar.
Cada reserva corresponde a una única entrada; con su DNI, cada usuarix podrá realizar hasta dos reservas por actividad, una para sí y otra para un/x acompañante, y hasta dos horas antes del horario de apertura del Centro Cultural, según la disponibilidad visible en el sistema. Una vez completado el formulario se enviará un correo que sirve como confirmación de la entrada. Cuando el cupo para la actividad esté lleno quedará deshabilitada la opción de completar el formulario.
El público deberá presentarse una hora antes del inicio de la actividad. En el ingreso al establecimiento, se deberá exhibir el DNI y constancia de reserva (en forma impresa o digital a través del celular). Será obligatorio el uso de tapabocas y el respeto a las normas de higiene, seguridad y distanciamiento que indicará el personal del lugar, según los protocolos sanitarios vigentes.
Por consultas sobre entradas e ingresos, escribir a: [email protected]
Agenda
La batalla de Argelia
Gillo Pontecorvo, 1966. Italia/Argelia. 121’. Es probable que se trate del film político más influyente de todos los tiempos, en parte por puesta en escena urgente de Pontecorvo, que toma prestados sus recursos expresivos del documental -aunque no hay una sola toma del film que lo sea- y en parte por la síntesis magistral de su complejo tema que logró el guionista Franco Solinas. Como muy pocos films políticos de la historia del cine, La batalla de Argelia toma partido abiertamente, pero ello no le impide comprender y exponer las razones del enemigo, sin idealismos ni simplificaciones.
La muerte en las calles
Leo Fleider, 1957. Argentina. 83’. Adaptada de la célebre novela de Manuel Gálvez, este film es el único que el cine argentino ha producido en toda su historia sobre las invasiones inglesas. El libreto tiene la inteligencia de concentrar las tensiones políticas del período en dos parejas protagónicas y -en el personaje que interpreta el argentino políglota Jorge Rigaud- hasta se permite trazar la figura de un enemigo digno, con espesor dramático. Las escenas de acción están a la altura de lo mejor que ha dado el cine histórico argentino. No se conocían copias en fílmico en buen estado de este film, hasta que se encontró una en la colección del empresario Alberto González, vuelta accesible por su familia.
La llave
Vladimir Cech, 1971. Checoslovaquia. 97’. La ejecución de un alto jerarca nazi en Praga, a manos de un miembro de la resistencia checa en 1942, deriva en la persecución del matador y en una sangrienta represalia. El episodio está basado en el asesinato de Reinhard Heydrich, delegado del Reich y apodado “el carnicero de Praga” por haber sido uno de los principales ingenieros del Holocausto. Los nazis castigaron su muerte asesinando a mil trescientas personas, incluyendo a toda la población masculina de los pueblos de Lidice y Lezáky. El film comienza de manera contundente al mostrar, durante la secuencia de títulos, el funcionamiento de la guillotina con la que se disponía de los disidentes.
Vergüenza
Ingmar Bergman, 1968. Suecia. 103’. En cierto sentido su tema es la guerra (toda guerra) que aniquila no sólo a soldados sino también a civiles, pero quien conozca la obra de Bergman sabrá que ese tema está moldeado por su testimonio personal, por su sensibilidad herida. Deliberadamente toma un cuadro afín al de sus últimos films: una isla, una pareja de artistas, una aparente felicidad cotidiana, un alejamiento del mundo, que se expresa esta vez por la constancia de que teléfonos y radios no funcionan. Sobre ese matrimonio concentra el efecto de una invasión a la isla, perpetrada por paracaidistas de una potencia no identificada, ante la resistencia de patriotas tampoco identificados. En esto hay ya un sentido, porque Bergman se niega a caracterizar a sus personajes como suecos (elige nombres muy neutrales o simplemente los omite) y a los invasores como representantes de alguna nítida tendencia ideológica o política. Le importa alegar contra la guerra en general. A esta altura del siglo no podía hacer otra cosa. (Fragmento de un texto de Homero Alsina Thevenet.)
Atentado
Jerzy Passendorfer, 1958. Polonia. 83’. En poco más de una hora y veinte, Passendorfer describe minuciosamente la preparación, ejecución y resultados de un atentado de la resistencia polaca contra la ocupación nazi, basado en un episodio real. Poco y nada se sabe fuera de Polonia sobre el resto de la obra del realizador, probablemente prescindible, pero este film merece un mejor recuerdo, aunque solo sea por el resultado circunstancial que logró gracias a su atención por los detalles, la ejemplar concentración dramática y el suspenso inherente a la situación.
El enemigo principal
Jorge Sanjinés, 1974. Bolivia/Perú. 115’. Contada en forma de relato ancestral por un anciano desde las ruinas andinas de los antiguos, la trama hilvana una serie de episodios que se desatan a partir del crimen de un terrateniente. No es el primero que la comunidad padece y por lo tanto deciden llevarlo a la rastra ante las instituciones correspondientes. Casi naturalmente, el juez se muestra como un siervo del hacendado y castiga a los denunciantes de la comunidad. El conflicto escala con la intervención de un grupo guerrillero que es combatido por fuerzas aún mayores y terribles: las del enemigo principal. Este es el film de Sanjinés más difícil de ver en la actualidad. Fue filmado de manera clandestina en la frontera entre Perú y Bolivia, y terminado en Cuba.
El último montonero
Catrano Catrani, 1963. Argentina. 70’. Filmada en La Rioja sobre un cuento de Félix Luna, la acción comienza con una escena extraordinaria, en la que el Chacho Peñaloza comienza a perder su autoridad tras tomar una decisión posiblemente fatal. Poco después el caudillo dispersa su tropa y el film sigue, en episodios cruzados, los destinos de algunos de esos hombres. Fueron poquísimos en el cine argentino los directores que, formados en sus estructuras clásicas, supieron asimilar las innovaciones formales que se prodigaron desde la posguerra. Catrani lo hace aquí con asombrosa libertad expresiva, utilizando la prosa de Luna como base para una especie de poema épico, apuntalado por la música de Ariel Ramírez, por la acción física y sobre todo por el paisaje, esa tierra que es el motivo por el que estos hombres se desangran. Casi no hay diálogos en el film. Lo esencial sobre los anhelos y contradicciones de los protagonistas aparece en concisos monólogos interiores ilustrados por cuerpos y rostros de suficiente elocuencia. En su búsqueda de una verdad interior, en el estallido de toda convención clásica y sobre todo en su voluntad de abordar explícitamente nuestros desgarros fundacionales, Catrani se puso a contramano de la representación histórica en todo el cine argentino previo.
Arsenal
Aleksandr Dovzhenko, 1929. URSS. 80’. Termina la primera guerra mundial y los soldados ucranianos regresan a una tierra convulsionada por la revolución. Dovzhenko cuenta ni más ni menos que todo eso en un torrente de imágenes que desafía toda síntesis. La primera y la última parte del film, en particular, se liberan de toda otra lógica narrativa que no sea la puramente emocional, la de un poeta o mejor dicho la de “un bardo del proletariado ucraniano” que era como al director le gustaba definirse en esa época. Se verá con música en vivo compuesta e interpretada por Fernando Kabusacki y Matías Mango.
Alas
Dirección: William Wellman, 1927. Estados Unidos. 150’. La primera película en ganar un Oscar de la Academia fue también la primera crónica importante sobre el papel de la aviación durante la primera guerra mundial. Sin otro efecto especial que el talento y la audacia de un equipo de pilotos extraordinarios, el film recrea una serie de escalofriantes combates aéreos desde la perspectiva de dos jóvenes amigos que rivalizan por un mismo amor. El director Wellman sabía lo que hacía porque él mismo había sido piloto durante la guerra. Además de la superestrella Clara Bow, cuya presencia ilumina cada escena en la que aparece, el film tiene un momento inolvidable con un joven actor que aún no había alcanzado el estrellato: Gary Cooper. Se verá con música en vivo compuesta e interpretada por Fernando Kabusacki y Matías Mango.