Antonio Pujia: La escultura en clave poética
La exhibición Antonio Pujia. La escultura en clave poética ofrece una selección de más de treinta esculturas con diversas temáticas, estilos y técnicas del extraordinario artista.
Con importantes piezas en bronce, yeso, mármol y madera, la muestra da cuenta de la larga trayectoria del escultor, e incluye un espacio para una cronología biográfica ilustrada realizada a partir de su archivo personal.
Antonio Pujia fue una figura clave para el arte argentino, tanto por gran producción como por su labor y vocación en la formación de muchos jóvenes artistas. Por un lado, en su trabajo como escultor, las obras en exposición evidencian una destreza y versatilidad para esculpir con diversos materiales y la utilización de técnicas ancestrales; por otro lado, su lugar como maestro se verifica en los incontables alumnos que pasaron por su taller.
En palabras de Andrea Wain, curadora de la muestra, “el rasgo de eternidad anida no solo en las piezas creadas con materiales ‘nobles’, sino en la entrega misma de saberes compartidos que viven en los demás”. De esta manera, temas e inspiraciones, la danza y la música, el dolor, el amor, la historia y la sociedad están presentes y resuenan en Antonio Pujia, la escultura en clave poética.
La muestra puede visitarse a partir de su inauguración, el 12 de septiembre a las 18 h, de miércoles a domingos, de 14 a 20 h. No se requiere reserva previa de entradas.
Curaduría
Andrea Wain
Equipo de Conservación y Restauración, Subsecretaría de Patrimonio Cultural
Natalia Albano, Antonella Caggiano, Fabián Carrión, Tomás González Messina, Paula Huarte, Jenny Hurtado Giraldo, María Luz Justich, Emiliano Posse Utello, Emilio Martin Rosa, Federico Sánchez, Federico Tamborenea y Mariana Valdez
Iluminación expositiva
Sandro Pujia
Fotografías
Archivo del artista, Área Documentación y Registro del Museo Nacional de Bellas Artes, Centro de Documentación de Danza y Teatro (CEDOC), Arnaldo Colombaroli (Archivo Teatro Colón), Sandro Pujia, Humberto Rivas y Anatole Saderman
Agradecimientos
Nicolás Boschi, Canal Orbe 21, Cristina Fresca, Valeria Kovadloff, Susana Niccolai, Pablo Queijas, Analía Romero, Florencia Salas y Pía Villaronga
Nacido en 1929 en Polia, Italia, Antonio Pujia emigró en mayo de 1937 con su familia a Buenos Aires. Inició su formación en la Escuela Manuel Belgrano y más tarde obtuvo el título de profesor nacional de Dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y el de profesor de Escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova. Durante su formación, trabajó como ayudante con maestros como Troiano Troiani, Alfredo Bigatti, Alberto Lagos y José Fioravanti, y en el taller de Rogelio Yrurtia.
Se desempeñó como titular de las cátedras de Escultura en las escuelas Pueyrredón y Belgrano, y entre 1970 y 1975 dirigió su propia escuela-taller. En 1956 ganó el concurso para crear el taller de escultura escenográfica del Teatro Colón, labor que desarrolló hasta 1970; de ese trabajo surgió su fascinación por la música y la danza, temas recurrentes en su obra.
A lo largo de su carrera realizó numerosas muestras individuales, entre ellas su primera exposición en la galería Witcomb (1965), y participó en salas y galerías relevantes de todo el país.
Entre sus galardones más importantes figura el Gran Premio del Salón Municipal Manuel Belgrano (1959), el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Artes Plásticas (1960), la Bienal Alberto Lagos (1961) y el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes “Augusto Palanza” (1964), que consolidaron tempranamente su reconocimiento nacional.
La obra de Pujia transitó temáticas sociales y personales. En 1970, profundamente dolorido por la devastación del continente africano, produjo una exposición en la Galería Esmeralda, inaugurada en 1971. Entre 1972 y 1973 llevó adelante su famosa serie Martín Fierro, donde volvió a reflejar la miseria de la destrucción y su pasión por Argentina. La exposición se presentó en 1975 en el prestigioso Hall del Teatro Municipal Gral. San Martín.
En 1977, en la Galería Imagen, expuso una recordada serie de esculturas alejada de la temática dominante de aquellos años: mujeres desnudas, parejas de amantes y plantas, en un amplio espectro emotivo que incluye el amor y el odio, el deseo y la apatía, el erotismo y la serenidad, se expresan en obras como Adagio (retrato de su mujer embarazada) y Amarnos con pasión.
En 1976 emigró a España, donde vivió y trabajó durante un año. Ya de regreso en Buenos Aires, y hasta 1982, trabajó la temática relativa a los “años de plomo” en Argentina, presentando Libertad amordazada y El espejo del alma. Luego, a partir de un viaje realizado en 1983, se acercó a la obra de Modigliani. Ese mismo año realizó la serie temática Canto de amor a Buenos Aires, que incluyó una serie de medallas con temas y poemas acerca de la ciudad que, a su vez, acompañaron la edición de un libro. Además, con el advenimiento de la democracia, creó una medalla conmemorativa de la asunción a la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín.
En 2000 rindió homenaje a su maestro Rogelio Yrurtia con una exhibición retrospectiva que abarcó obras de 1960 a 2000. Continuó realizando muestras y producciones (Galería Mundo Nuevo, 2006; medallas para el centenario del Teatro Colón, 2008) y trabajó en su taller hasta su fallecimiento en 2018.



