Escuela de Ballroom 2023: una cultura en expansión

Durante 2023, el Centro Cultural Kirchner creó un espacio de prácticas y encuentros en conversación con las comunidades representativas de la cultura ballroom de Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense.

Dicho movimiento se ha manifestado como una de las tendencias más crecientes de la actualidad, influyendo transversalmente en expresiones artísticas y espacios políticos, sociales y culturales. Como parte de una política pública que abraza las diversidades, se incorporó una propuesta diseñada en conjunto con la comunidad, para comprender sus necesidades y fomentar y fortalecer sus actividades.

La Escuela de Ballroom fue un programa anual de formación en algunas categorías de ballroom, compuesto por prácticas y mesas de reflexión en torno a las mismas. Cada encuentro fue guiado por distintas casas de ballroom y por 007 (artistas de Ballroom que no pertenecen a ninguna casa en particular), con la intención de dar cuenta de miradas particulares y complementarias de las manifestaciones de la escena. La participación fue libre tanto para aquellas personas que ya estaban en contacto con la cultura ballroom como para lxs curiosxs que quisieran experimentar o conocerla.

En abril se realizó el primer encuentro, dedicado a las categorías Face, Body y Posing (Rostro, Cuerpo y Pose), que fue coordinado por las Casas Exilia y Traviarca.

También en abril tuvo lugar un encuentro especial en el marco de Sala de Ensayo, proyecto creado por el Área de Educación del Centro Cultural Kirchner, con un taller guiado por Laurent Tropikalia, quien propuso una inmersión en las prácticas de ballroom como posibles herramientas para las prácticas de docentes y educadores de todos los ámbitos.

La segunda clase de la escuela se llevó a cabo en junio y fue guiada por las Casas Wicca y Glorieta, en la que se abordaron las categorías Runway europea y americana, para explorar el arte de la pasarela en sus distintos estilos.

En julio, dentro de la programación de Vacaciones para Armar, se realizó un taller especial destinado a infancias, titulado Truque y Retruque. Se abordó el reciclado de prendas de vestir, para poner en práctica estrategias creativas para inventar vestuarios y accesorios. La actividad estuvo guiada por lxs artistas Fiordi 007 y Laurent Tropikalia, y contó con la participación de Molione Exilia como invitada especial.

En agosto tuvo lugar el tercer encuentro, que profundizó en la categoría Vogue Femme, el estilo de baile más popular y actual del Voguing, que pone énfasis en la femineidad de los cuerpos. La propuesta fue conducida por artistas de 007.

El cierre anual de la escuela se realizó en septiembre en La Cúpula y consistió en una Kiki Ball, competencia en la cual un jurado especializado evaluó a lxs participantes y otorgó premios en las categorías Baby Runway (iniciantes en las pasarelas) y OTA Performance (“Open to all”, abierto a todxs). La fecha fue una celebración de las prácticas ligadas al ballroom y tuvo la guía de todas las casas integrantes del proyecto.

Con una participación total de más de trescientos asistentes a las distintas actividades, La Escuela de Ballroom fue conformando un público variado que excedió a aquellas personas pertenecientes a la comunidad del ballroom, lo que mostró su expansión a nuevos y variados sectores. Los valores de autoestima, seguridad, respeto por la diversidad y ampliación de derechos del ballroom enriquecen no solo a la escena artística, sino a la sociedad entera.

Historia del ballroom

El movimiento del ballroom tiene su origen en la subcultura LGBTQ+ clandestina de jóvenes afroestadounidenses y latinos que se congregaron en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, a finales del siglo XX. Los miembros de la comunidad LGBTQ+ en las grandes ciudades comenzaron a organizar sus propios bailes de máscaras de travestismo, tanto en oposición a las leyes que prohibían a las personas a usar ropa asociada con el género opuesto como a los bailes de travestismo anteriores que, aunque integrados racialmente para los participantes, eran dirigidos y juzgados por personas blancas. Paulatinamente, fueron apareciendo manifestaciones de esta cultura en otros países europeos y americanos.

Con el auge de las redes sociales, las prácticas de ballroom fueron emergiendo en nuestra región desde una perspectiva sudamericana, resituando sus postulados en consecuencia con la historia de colonización, racialización y desigualdad de nuestros pueblos.

Una característica muy particular es que muchas de las personas pertenecientes a esta cultura forman comunidades que se agrupan y conviven, denominadas casas. La casas son familias elegidas que sostienen lazos de afecto y cuidado entre sus miembros para apoyarse mutuamente y organizarse para militar por sus derechos.

En Argentina, la cultura ballroom viene creciendo exponencialmente en los últimos cuatro años, tanto en Ciudad de Buenos Aires como en el conurbano bonaerense y también en otras ciudades como Rosario, Mendoza o Misiones.

Las casas de ballroom organizan periódicamente encuentros en los que lxs asistentes bailan, practican voguing, caminan, posan y actúan, tanto bajo la forma de prácticas como en competencias en las que se entregan trofeos y premios.