Democracias asediadas: un diagnóstico y una esperanza
El jurista Eugenio Raúl Zaffaroni, el cura Francisco “Paco” Oliveira y la periodista Natalia Aruguete debatieron sobre el asedio a la democracia y sobre qué hacer ante esa situación. Por Marco Teruggi
La penúltima jornada del Festival Democracia e Imaginación Política del Proyecto Ballena fue el escenario para debatir acerca de las amenazas que se ciernen sobre la democracia argentina. “Estamos aquí para conversar, para pensar sobre las democracias asediadas”, afirmó la periodista Noelia Barral Grijera, quien estuvo a cargo de entrevistar al jurista Eugenio Raúl Zaffaroni, el cura en opción por los pobres Francisco “Paco” Oliveira, y la periodista e investigadora Natalia Aruguete.
“Tiendo a pensar, cuando me pregunto por la calidad de nuestra democracia, en que una de las grandes cosas que la afectan, la asedian, la hostigan, tiene que ver con la calidad del debate público y lo empobrecido que está, pero después leyendo a cada uno de ellos (…) me di cuenta de que ese asedio viene desde muchos lugares, desde las corporaciones, el sistema económico, el debate en redes sociales, en los nuevos canales de comunicación”, aseveró Grijera para abrir el debate en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner.
El poder Judicial
Cada invitado hizo foco sobre un asedio distintivo. Zaffaroni, ex miembro de la Corte Suprema de la Nación, abordó la situación de la justicia: “¿qué es lo que nos pasa? Tenemos la institucionalización del poder Judicial más irracional y absurda del mundo, no tenemos Casación Nacional, cada cual interpreta los códigos como se le da la gana, el control de constitucionalidad que tenemos no sirve para nada, tenemos una Corte Suprema con cuatro jueces, no hay en el mundo una Corte Suprema con cuatro jueces” señaló.
Zaffaroni señaló cómo “la criminalización de políticos, de líderes, no es nueva” en Argentina, pero que “llegaron los peores” a la cabeza del poder Judicial: “qué le puedo discutir ideológicamente a esta Corte, no sé, porque no sé para dónde apuntan, es un juego de poder descarnado, han roto todos los códigos”, afirmó. Existe así “una partidización del poder Judicial, la cúpula metida en la política abiertamente, tomando decisiones absolutamente arbitrarias”, que alejan cada vez más al país del modelo ideal de Estado de derecho.
El poder de la comunicación
Aruguete, periodista e investigadora, abordó el concepto de “polarización afectiva” para adentrarse en las formas en las que se llevan adelante las discusiones políticas hoy. “La idea de la polarización afectiva viene como complemento a no pensar que aquello que nos distingue del otro tiene que ver solamente con una racionalización lógica, no son solo argumentos lógicos, sino que también se juegan emociones, somos interpelados afectivamente”, explicó para analizar cómo se complementan la “polarización política y la polarización afectiva”.
“Tenemos una tendencia absolutamente justificada a pensar que las redes sociales solo están al servicio del mal o de las operaciones políticas y las estrategias de violencia discursiva, y lo están en algún punto pero no de manera excluyente (…) muchos movimientos, generadores de conciencia, de resistencias profundas, han podido discutir con mucha profundidad las agendas hegemónicas, la agenda de género en Argentina, el estallido de Chile”, afirmó al analizar las amenazas comunicacionales sobre la democracia, a la vez que las posibilidades de acción desde el mismo ejercicio comunicacional.
El asedio de la desigualdad
“Nuestra democracia tiene una deuda absolutamente sin pagar con los más pobres, (Raúl) Alfonsín decía que con la democracia se comía, se educaba, que había salud, y es mentira”, afirmó el cura en opción por los pobres Oliveira, quien describió que el 25 de mayo en la noche, luego del discurso de Cristina Fernández de Kirchner en Plaza de Mayo, “en el asentamiento donde vivo todas las casas estaban inundadas, las calles intransitables” por las lluvias.
“Hay derechos humanos tan básicos como comer, tener un techo, un terrenito donde poder darle futuro a tus hijos, tus hijas, y eso no se está dando”, afirmó. ¿Cómo afecta esa desigualdad a la democracia y las opciones políticas? “No todos los tiempos fueron iguales ni todo el tiempo fue lo mismo, porque eso es lo que habla la antipolítica”, pero “estamos generando las condiciones para que venga una derecha fascista y termine empeorando absolutamente la situación de los más pobres”, señaló.
Esperanzas
“La lucha por el Estado de derecho, la igualdad, la democracia, tiene avances y tiene retrocesos, en esa lucha hay factores reales de poder, a veces se retrocede, estamos sufriendo retrocesos importantes, pero tarde o temprano se avanza, los retrocesos no tienen que hacernos caer en depresión (…) pasamos momentos mucho peores y salimos adelante”, señaló Zaffaroni, quien enfatizó: “depresión nunca, con depresión no se hace resistencia y con depresión no se avanza”.
Los asedios a las democracias pueden ser neutralizados o revertidos. “La propia resistencia en Bolivia para recuperar el Estado democrático, todo eso requirió de este conjunto de actores y espacios en el ecosistema comunicacional”, dio como ejemplo Aruguete al mostrar un ejercicio colectivo comunicacional que logró revertir un golpe de Estado. Oliveira por su parte dio cuenta de algo central que sostiene la esperanza ante los asedios a la democracia: “hay muchas y muchos que ofrecen cada día su corazón en nuestros barrios”.
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