Coherente oxímoron, de Luis Felipe Noé
En el marco del ciclo Tres en la deriva del acto creativo: Homenaje a Fernando “Pino” Solanas, Eduardo “Tato” Pavlovsky y Luis Felipe “Yuyo” Noé, se exhibe la obra Coherente oxímoron, creada por Luis Felipe Noé en 2014. En esta instalación, Noé plantea la contradicción y la paradoja como parte intrínseca de un mundo contemporáneo en constante cambio.
El ciclo, que debe su nombre a la película homónima y póstuma de Solanas, se realiza a un año de la partida del cineasta y político argentino y es organizado por el Centro Cultural Kirchner junto a Cinesur y la Fundación Luis Felipe Noé.
La instalación puede visitarse a partir del sábado 20 de noviembre de 2021 al 27 de marzo de 2022, de miércoles a domingos de 14 a 20 h. La actividad es gratuita y no requiere reserva previa: se ingresa por orden de llegada. Tanto en el ingreso al edificio como en las salas, el público asistente deberá seguir las indicaciones del personal y respetar las disposiciones y los protocolos sanitarios vigentes.
Sobre la obra
Un oxímoron coherente
Por Cecilia Ivanchevich
Artista, curadora y Presidenta de la Fundación Luis Felipe Noé
Podemos empezar por el pensamiento de Heráclito según el cual todo cambia, cambian las cosas y cambiamos nosotros, y lo único que permanece es el devenir.
Noé a través de su obra nos plantea la contradicción y la paradoja como parte de una misma escena para presentar una imagen del mundo contemporáneo. Según el artista, el tiempo es el escenario del devenir caótico, el espacio donde se desarrolla, y en su transcurso pasado, presente y futuro se mezclan según su gravitación social y subjetiva.
Tomemos por ejemplo su obra Coherente oxímoron (2014), donde lo estático pareciera moverse y la pintura expandirse al espacio. En esta composición, Noé nos habla de un mundo en constante cambio que busca encontrarse para entenderse. Esta suma de recursos, de opuestos para generar un nuevo sentido, le permite incorporar en su relato la diversidad, la complejidad y la ruptura como parte de un mismo sistema conceptual al que él llama “teoría del caos”. A la vez, este sistema se transforma en un recurso estético, en donde el artista descompone la forma y la pintura para llegar a una instalación picto-escultórica. La obra revitaliza la pintura a través del cambio de formato, al mismo tiempo que plantea su deconstrucción.
El conjunto de relaciones que propone Coherente oxímoron es una combinación de conceptos y estéticas. En este caso, el oxímoron se carga de la paradoja para condensar la ruptura, la inestabilidad, la crisis, la potencia y la belleza. La instalación, que se presenta como un ejercicio de inestabilidades, es a la vez un conjunto potente y armónico de la exaltación del color y la materia. La obra aparece como un gesto sobredimensionado y detenido en el tiempo del estallido de la pintura.
Noé logra expresar desde su sistema lingüístico-visual la coherencia casi utópica de un conjunto de opuestos que en su obra se vuelven solidarios.
Por eso, poder emplazar esta obra hoy en el Centro Cultural Kirchner como parte del ciclo homenaje a tres referentes de la cultura –el cineasta y político Fernando “Pino” Solanas, el psicoterapeuta, dramaturgo y actor Eduardo “Tato” Pavlovsky y el propio Noé– nos invita a reflexionar sobre esas crisis que marcaron sus obras. A la vez, también nos propone una toma de conciencia, una toma de posición en tiempos pandémicos, en donde la crisis como un sello de época, nos interpela para ubicarnos como transformadores de nuestra vida colectiva.
Luis Felipe Noé es artista y escritor, figura fundamental en la escena cultural argentina desde los años sesenta hasta la actualidad. Estudió con Horacio Butler y luego continuó su formación como autodidacta. Entre 1961 y 1965 formó parte del grupo Nueva Figuración junto a Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge de la Vega. Desde 1959 ha realizado más de cien exposiciones individuales. Tuvo muestras retrospectivas en el Museo Nacional de Bellas Artes (Buenos Aires, 1995), el Palacio de Bellas Artes (México D.F., 1996) y el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (Brasil, 2010). En 2009 representó a la Argentina en la 53ª Exposición Internacional de Arte de Venecia y fue invitado de honor en la XX Bienal Internacional de Curitiba en 2013. En 2017 el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó Noé: Mirada prospectiva, que exhibía la práctica de su teoría del caos.
Ha publicado numerosos libros, entre los que se destacan: Antiestética (Van Riel, 1965; De la Flor; 1988, 2015); Una sociedad colonial avanzada (De la Flor, 1971); Códice rompecabezas con recontrapoder sobre cajón desastre (De la Flor, 1974); Wittgenstein ese es el caso (Ediciones Malvario y Albatros, 2005); Noescritos, sobre eso que se llama arte (Adriana Hidalgo, 2007); Mi viaje - Cuaderno de bitácora (El Ateneo, 2015); El caos que constituimos (MNBA, 2017); En terapia (Galería Rubbers, 2018) y El arte entre la tecnología y la rebelión (Argonauta, 2020), entre otros.
Ha recibido el Premio Nacional Di Tella (1963), becas del gobierno de Francia (1961) y de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation (1965 y 1966). Y, por su trayectoria, el Gran Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes (1997), el Konex Brillante a las Artes Visuales (2002), el Premio Homenaje del Banco Central de la República Argentina (2009), el Premio a la Trayectoria, Academia Nacional de Bellas Artes (2015) y el Premio a la Trayectoria Salón Nacional de Artes Visuales (2019).
En 2017 crea, junto con su familia, la Fundación Luis Felipe Noé. Actualmente reside en Buenos Aires, pinta y escribe su próximo libro, Asumir al caos. Arte y vida.
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