9 de julio. Al gran pueblo argentino: salud
Las imágenes pertenecen al Archivo General de la Nación y fueron seleccionadas por el área de Archivos del Centro Cultural Kirchner en el marco de la alianza que ambas instituciones sostienen desde el 2020.
Si el fluir de la vida diaria, atrapada por la tormenta sin fin de las noticias, inevitablemente dispersa y distrae, algunas fechas, algunos acontecimientos del pasado, nos reúnen y reclaman. Como colectivo social, como nación.
El 9 de julio invita a celebrar y a preguntarnos sobre la independencia, evocando a los hombres y a las mujeres de esa primera hora de nuestra patria que, rodeados de peligros y adversidades, tomaron un conjunto de decisiones fundamentales. Por supuesto, la declaración de la Independencia en Tucumán fue de las primordiales.
A la par, cada 9 de julio empuja a que miremos el curso de la vida compartida, la peripecia de un experiencia común reglada por un conjunto de fuerzas que cada tanto convergen, que se pliegan, que luchan entre sí pero que no dejan de reconocerse. Siempre también ante los cimbronazos de las contingencias, de todo aquello que en ocasiones se nos presenta como aleatorio pero que, no obstante, sospechamos responde al obrar de otras fuerzas que parecerían excedernos.
Dejemos para otro momento, que será imprescindible, la discusión acerca del porqué de la pandemia de Covid-19. Atengámonos a un hecho a todas luces evidente: como todas las naciones del mundo, la Argentina hace un año y medio vive dominada por una constante inquietud, por una emergencia que segó miles de vidas y dañó a otras muchas, que trastocó la existencia cotidiana de todas y todos, que volvió más precaria la vida de cientos y cientos. No hay duda de que esta situación crítica que aún atravesamos ya es una marca que no pasará desapercibida en nuestra historia.
Nos gustaría, y por lo tanto haremos todo para que así ocurra, que esa muesca en nada menor no se presente desnuda. Que cuando los más jóvenes, niñas y niños la recuerden, incluso cuando hablen sobre ella quienes aún no nacieron, lo hagan recordando también la acción de un Estado que le hizo frente para ponerle límites, así como la tarea mancomunada de una sociedad que, aún atravesada por tensiones políticas, se propuso acompañar a los más necesitados de cobijo en esta coyuntura que, si no, sería inclemente. Un Estado y una sociedad que impidieron que la crisis rebase y que el daño sea más profundo e irreversible. El cuidado del otro como una política que la Argentina quiere que sea suya para siempre. Como el 9 de julio y la independencia.
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